Hace algunos días el prestigioso periódico New York Times hace un exaustivo estudio de las hipotecas españolas y su temible crueldad, quedándose totalmente horrorizados al respecto.
La principal diferencia con respecto a la mayoría de los países civilizados es que cuando una persona o entidad no puede pagar su hipoteca,el banco se queda con la casa y simplemente el expropietario pierde su propiedad. En España uno pierde la casa, pero la deuda permanece,así que una mala inversión inmobiliaria puede traducirse en una condena a pagar dinero a la entidad financiera por los tiempos.
Esto lo que agudiza con la crisis es que muchas hipotecas válidas las convierten en basura de igual modo.
Una reforma por parte del Gobierno para modificar esta posibilidad de bancarrota, sería una buena manera de empezar, la posibilidad de negociar con los bancos la deuda. No sería una buena noticia para los bancos,pero sería lo más "legal".
Los americanos de igual modo se sienten alucinados con este sistema tan "maravilloso". New York Times.
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